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jueves, 29 de noviembre de 2012

RECONOCIMIENTO DE FRANCISCO BAQUERO A LA POETA CELESTE TORRES.-

EXTRAIDO DEL BLOG DE FRANCISCO BAQUERO LUQUE
AUTOR Francisco Baquero Luque

NOS VISITA LA GRAN POETA, CELESTE TORRES




El próximo sábado, 1 de diciembre, a las 17 horas, en el Teatro Municipal,  hará una lectura  poética y presentación de su libro, “Del amor y  sus  misterios”, la gran poeta antequerana, tan ligada a Cártama, CELESTE TORRES, mi amiga del alma, según ella misma apostilla en la dedicatoria que me hace en su libro, “Las cuatro lunas al viento”, imprenta Sur, 2001: “Para ti Paco Baquero, compañero de camino; compañero, te quiero; tu amiga,  Celeste”

            Según me dicen, será presentada por el  teniente de alcalde, José Escalona Idañez.

            Yo que, al alimón,  he compartido con Celeste Torres tantas veladas poéticas --El Ateneo, El Pimpi y el Centro Cívico Generación del 27 de Málaga reiteradas veces,  en muchos pueblos de nuestra Provincia (incluida varias veces Estación de Cártama), e incluso, algunos de la de Cordóba; veladas   que se contarían por decenas y decenas de veces, formando ambos parte  del Grupo Erató que iba dando a conocer por dichos pueblos sus poemarios--  no podía sustraerme hoy a hacer esta humilde apología previa a  la visita de tan ilustre dama, dueña de un  estro poético  alto y bello, a nuestro pueblo, para actuar en una sala que quiérase, o no,  evoca secuencias y  correlato poético de  un bardo y juglar de  primera magnitud en ámbitos que sobrepasa,  nuestras lindes y las de España, para adentrarse en lo universal.

            Un honor para Cártama la visita de Celeste Torres. De ella quiero semblar  desde mi personal y humilde criterio  su dual perfil: artístico y humano. En lo artístico, hay que aseverar que Celeste es una gran poeta. No tiene que demostrarlo, consta en la altura de sus poemarios, en los prólogos que a los mismos han aportado sin reservas  ilustres personajes y, el trato encomiástico que la crítica le ha dedicado.

            Desde que en 1.998 conocí a Celeste Torres  --nombre que sugiere infinitud, cielos y mares,  condición leal, corazón de arco iris, y, apellido que nos hace pensar en las altas torres de su tierra que apuntan a los inefables estadios del espíritu; es decir su nombre y apellido ya definen por sí mismos la poesía-- tuve claro que había trabado entrañada conocencia con un alma de primera magnitud; y, de una primera lectura de su poesía, intuí que con una poeta de exquisitos registros líricos.

            Pero mi admiración a su fragua poética, mi apego al rumor de su inspiración comarcana, mi querencia al calor de su corazón,  se define y acentúa el día 2 de enero del año 2.000, con ocasión de la subida que a la ermita de la Virgen de Los Remedios de Cártama realizamos ambos y otro amigo, a cuya visita corresponde la fotografía que encabeza este comentario. Y es que ambos se fueron enamorando del también uno de los amores más caros de toda mi vida, es decir, se produjo el milagro de la confluencia afectiva hacia La Virgen de Los Remedios.



            Ella, esponja de motivos poéticos, se iba empapando de los ancestros del entorno (iberos, Tartessos, fenicios, griegos, etc.) que ponía en movimiento el céfiro alado de su fantasía. Un inusitado espectáculo de esta criatura inspirada, y, de esa inspiración, fue fruto genial un bello y denso  poema que dedicado a mi (¡cómo se lo agradezco!) escribió con motivo de aquel gozoso peregrinar.   Quizás, el poema más hermoso que sobre Cártama se ha escrito.

            La poesía de Celeste tiene ramalazos de tierra labrantía:

            “Se agolpan los recuerdos
            Como gorriones
            Sobre el trigo dorado
            De los campos...”

                   ***

            “Huye la tarde deprisa
            Enrollando en el horizonte
            El último pergamino de sol...”

            Enorme facilidad para plasmar  la belleza presentida.

            “Un silencio de duendes espesa,
            Con misterio,
            Una pasión oculta
            En la sacra tumba de mis
            Venas...”

            Y remembranzas de su tierra antequerana.

            “El día, como yo, declina
            Sobre el alto campanario de la iglesia.
            Tus campanas, como águilas azules,
            ocultan  tus misterios...”

            Por algo, la poesía de Celeste Torres ha merecido plurales premios, entre ellos, en 2.001, que yo presencié su entrega, el primer premio del “Certamen de Relatos  2.001” del Exmo. Ayuntamiento de Lucena, Córdoba.

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