AUTOR R.G.
Un hospital al lado de escombros
La Junta de Andalucía proyectó el centro sanitario del Guadalhorce después de que se hubiera autorizado cerca una planta de tratamiento de restos de obra.
Aún no está abierto ni hay visos de que lo haga a corto plazo, pero cuando el hospital comarcal del Guadalhorce construido en Cártama abra sus puertas deberá convivir en sus aledaños con una planta de tratamiento de residuos de construcción y demolición proyectada a escasos 380 metros y, que sin ser una actividad peligrosa, pocos parecieron percatarse cuando se planificó en esa zona hace ya siete años.
Y eso que la planta estaba proyectada en una parcela situada en frente, cruzando la autovía A-357, desde 2005 mucho antes de que se decidiera cuál iba a ser la ubicación del prometido hospital. Más allá de lo estricamente legal, de lo que no parece haber ningún cabo suelto porque hasta ahora el proyecto presentado por una empresa privada cuenta con todos los permisos pertinentes de las distintas administraciones implicadas, resulta cuanto menos curioso que ni la Junta de Andalucía ni el Ayutamiento de Cártama dieran mayor importancia a que el centro hospitalario coexistiera en sus proximidades con una planta de reciclaje de escombros. La justificación de la Delegación Provincial de Salud es que en su momento "se hicieron todos los estudios pertinentes previos y no parecía que hubiera ningún problema". Similar es la postura de Medio Ambiente que insiste en que "ambientalmente no hay ninguna objeción"
De hecho, el alcalde del municipio, Jorge Gallardo, justificó el hecho de que se prevea ubicar a tan poca distancia uno de otro a que "la planta estaba proyectada con anterioridad al hospital y a que no va a desarrollar una actividad peligrosa". Además, advirtió que el Consistorio "no pondrá impedimento alguno a que abra si tiene toda la documentación en regla porque si hay algún riesgo Medio Ambiente sabe de sobra dónde se construirá y no ha puesto ningún impedimento".
La Asociación de Empresas Gestoras de Residuos de la Construcción y Demolición de Andalucía (Agreca) llegó a denunciar la ubicación de las instalaciones por estar tan cerca del hospital, pero ya no está en contra. Ayer su presidente, Pablo Pérez, se puso en contacto con este periódico para admitir que su denuncia era incorrecta. También en el informe firmado por el vicesecretario general del Ayuntamiento de Cártama el pasado 7 de agosto se insiste en que el proyecto" cumple con la separación a edificaciones, legalmente establecidas, con presencia permanente de personas que se fija en 250 metros según el artículo 311 del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)".
Con respecto a la distancia de dos kilómetros que establece el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (Potaum) a centros urbanos, áreas turísticas y equipamientos en su artículo 96, el informe municipal concluye que se refiere a instalaciones de residuos urbanos inertes y agrícolas "donde el principal problema son la emisión de olores a las áreas colindantes debido a la formación de gases y lixiviados". No es el caso, añade, de la planta de tratamiento de escombros que se proyecta en esta parcela porque "las molestias que puede producir son la emisión de ruidos y vibraciones". Para este tipo de industrias, el Ayuntamiento asegura que la distancia a cumplir de separación mínima a edificaciones debe ser de 250 metros "distancia que se cumple holgadamente con respecto al hospital", ya que además insiste en su informe que la autovía A-357 separa al centro hospitalario con las parcelas objeto de la actividad.
Pero de momento ni la planta está construida y el hospital sigue cerrado por la imposibilidad de dotarlo de electricidad. La infraestructura sanitaria fue anunciada en mayo de 2005 y se preveía que iniciara su andadura a comienzos de 2008. No fue así.
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