PADDLE EN LOS PUEBLOS.-

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Autora: Berta González Vega

ENLACE A DIARIO EL MUNDO

“Casi que pasamos de hablar del nuevo nombramiento del consejero de Turismo, finalmente Rafael Rodríguez. Va a ser legendaria nuestra capacidad para el análisis político, tan convencidos como estábamos de que iba a ser el bueno de Moreno Brenes. Olvidándonos, cómo fuimos capaces, de lo bien engrasados que están en todos los partidos los mecanismos de la selección inversa a la darwinista. ¿Para qué poner a Moreno Brenes si puedes sacar del ostracismo político a alguien que sin duda ha hecho una magnífica labor, nunca reconocida, en la Cámara de Cuentas?”, se ríe Mario Circe, que nunca acierta una quiniela.

 “Pero podemos hablar de Deporte, hermano pequeño de esa consejería, porque me he quedado sin habla al saber que la Diputaciónva a construir 36 pistas de paddle en otros tantos pueblos de la provincia, de menos de 25.000 habitantes. No sé si mandarle el plan a Merkel, a ver qué tal le parece”, dice la diseñadora gráfica, que odia ese deporte desde que vivió en un piso que daba a una de esas pistas, iluminada a la medianoche para que pelotearan un poco policías locales sumamente estresados por jornadas laborales casi inhumanas.

 “Según ha explicado López Nieto, el árbitro que ahora le lleva Deportes a Bendodo en la Diputación, en esos pueblos hay una gran demanda para estas pistas, porque se trata de un deporte que puede practicar casi todo el mundo y no requiere mucho mantenimiento, ni de las pistas ni de los cuerpos”, les lee una nota de prensa en la tableta Lula.

 “Pues a lo mejor tienen razón y, de repente todo el pueblo se reúne para echar una cerveza sólo después de haber quemado unas cuantas calorías con el paddle”, le pica Mario.



 “Que no te digo yo que no. Pero no sé si se han enterado los políticos de que un plan así en Europa o en EEUU se ve como estrafalario con la que está cayendo. Claro que está fenomenal. También sería estupendo un circuito de spa”, sigue escéptica con el plan la diseñadora gráfica, que no para de toquetear en su tableta un posible logo para el Día del Gazpacho. Blasita, mientras, la imita con sus lápices de colores y le da una hojita con garabatos a Mario: “Toma mi arte”. Él sonríe. Cómo le gustaría ser el padre de esta criatura, piensa, siempre con la duda.

 “¿Sabes lo que va a conseguir eso? Que los pijos dejen de jugar al paddle, si no lo han hecho ya. En realidad, uno de los logros de la burbuja inmobiliaria fue dotar de pistas de ese deporte a casi todas las promociones de viviendas nuevas. Cuando ocurrió aquello, cuando el paddle se democratizó, perdió encanto para los que habían empezado a jugarlo. Suele pasar. Ahora, según me cuenta, cada vez mola más entre esa gente imponerse retos extremos, no unas carreritas como las que os dais vosotras, no. Hay altos ejecutivos de bancos que han participado esta semana en la Titan Desert, una carrera de bicis por el desierto del Sáhara, con etapas de 100 kilómetros. En algún caso, según me cuenta un amigo de Madrid, han participado señores que de día van muy enchaquetados y tienen muchas responsabilidades, además de las rodillas machacadas a maratones. Desconectan así. Se pasan horas hablando de las carreras y entrenan tanto para acabarlas que, cuando hablan de su vida normal, se preguntan qué hacen en su tiempo libre, referido al trabajo de verdad. Necesitan superar sus propios límites. Desprecian la cocaína pero se han enganchado a las endorfinas. Esa gente ya pasa de paddle y no porque no se encuentren en las carreras con gente humilde, que eso también les mola. Por ejemplo, han convertido a un héroe a Paco, que vive en una pedanía de Cártama, de 73 años, que empezó hace cinco con el ultrafondo cuando el médico le dijo que convendría andar un poco. Lo normal es que se hubiera lanzado con unos amigos a patearse las rutas del colesterol de los pueblos, que así se llaman, pero él, con su hijo, fue a más y es capaz de hacerse la maratón alpina de Jarapalos”, cuenta Mario Circe, fascinado de repente por los blogs de esta gente que lo mismo corre de Madrid a Segovia que organiza Nazaríes 2012, de la Fuente de la Reina hasta el Pico del Veleta.

 “O sea, que se puede dar la paradoja de que haya unos parados rurales jugando al paddle y pasen corriendo, hechos polvo, con ampollas, unos ejecutivos de banco”, resume Lula. “Puede ser”, le da la razón el escritor.

 “Y puede que los directivos de banco españoles tengan muchos motivos para salir corriendo de esos balances tóxicos, de esos mismos que eran ejemplo del mundo hace tres años”. “Pues en ultrafondo somos los mejores del mundo ahora. Como dijo alguien en twitter ayer, somos como el niño de la clase que sólo es bueno en deporte y religión”.