ARTÍCULO DE OPINIÓN
Por Juan Andrés Vera.-
Ya ha pasado un año desde que el 22 de mayo de 2.011 se celebraran las elecciones municipales.
En Cártama se presentaron el PSOE, el PP, IU, CPV, coalición creada para estas elecciones y formada por CPIC y Vecinos por el Cambio, y una nueva formación, ACICART (Acción Ciudadana de Cártama).
Durante varias semanas, estos partidos políticos fueron en busca de nuestro voto, presentaban sus programas y nos prometían lo que iban a hacer si llegaban al gobierno municipal. Boletines, pancartas, carteles e incluso cómics, llenaron nuestros buzones y las calles de nuestro pueblo. Políticos y aspirantes, que explicaban y explicaban lo buenos que eran, y lo malo que eran “los otros”.
Una campaña, que desgraciadamente hubo que suspenderse durante un día en solidaridad por las víctimas del terremoto de Lorca.
El PSOE cartameño partía con ventaja, ya que durante toda una legislatura con mayoría absoluta pudo presentar a los votantes el trabajo realizado.
Llegó el día 22, y el recuento de los votos, el PSOE volvía a ganar las elecciones en Cártama pero sin la mayoría suficiente para formar gobierno. A partir de ahí los nervios y las reuniones, todas las posibilidades estaban abiertas, al PSOE sólo le hacía falta un concejal, bien de IU, lo más lógico, o de CPV, algo impensable debido a la feroz oposición realizada por el señor Escalona, otra solución, un tripartito PP-IU-CPV, o lo que es lo mismo, todos contra el PSOE. Hubiera habido una más, pero era tan quimérico que pocos lo contemplaron, unirse las dos fuerzas más votadas, PSOE y PP.
Contra todo pronóstico, el CPV da el apoyo que le faltaba al PSOE, el más acérrimo opositor al alcalde don José Garrido Mancera y a su gestión. Don José Escalona Idáñez, fue el encargado de entregarle el bastón de mando municipal. Algo que a día de hoy, la mayoría de los cartameños no alcanzamos a comprender, pues el encargado de dar las explicaciones, el CPV, no lo ha hecho.
Pero como todo tiene un precio, ese apoyo no fue gratis, don José Escalona Idáñez, fue correspondido siendo nombrado concejal de Hacienda, Policía Local, cementerio, vados y personal, consumiendo a su socio de coalición, Vecinos por el Cambio, y a su líder, Ana Berrocal, la cual ha desaparecido de la vida política y con ella, su partido.
Pasaban los días del recién inaugurado gobierno municipal y la sorpresa saltó después del verano, dimite el alcalde don José Garrido alegando motivos personales. Curioso esto de dimitir pero no dejar su acta de diputado provincial o coger una nueva concejalía creada para él en el consistorio, relaciones institucionales.
Tomaba el bastón de mando el segundo de la lista socialista, don Jorge Gallardo Gandulla.
A don Jorge Gallardo le ha tocado bailar con la más fea, unos 365 días marcados por los recortes y subidas de impuestos y tasas, por unos presupuestos municipales que todavía no se han presentado, por un plan de ajuste para el pago a proveedores obligado por el gobierno central, por una bolsa de trabajo y convocatoria de empleo público que tuvo que ser canceladas, por la falta de convocatoria de subvenciones a asociaciones y colectivos de nuestro pueblo, por unas navidades sin luces, con la sombra del paro para muchos de los empleados municipales, con un hospital comarcal finalizado pero a la espera de ser dotado con los equipos, por la suspensión del proyecto de la piscina cubierta, sin fecha para el inicio de las obras del instituto y la escuela de o del centro de salud de Cártama pueblo…
Mañana, 365 días después, conviene recordar el motivo por el cual dimos nuestro voto a esos partidos políticos, incluido el que no consiguió representación municipal, ACICART, y que después de las elecciones no ha dado señales de vida.
Todos nos prometieron grandes cosas y grandes proyectos para nuestro pueblo. Ahora toca exigirles lo que nos prometieron, no sólo al equipo de gobierno municipal, sino también a la oposición, desde la oposición también se pueden hacer grandes cosas.
Como mínimo, recordarles que no olvidamos, y que estamos atentos a su trabajo y a su gestión, la cual pagamos todos. De esa gestión dependerá que dentro de tres años, cuando vuelvan a tocar la aldaba de nuestras casas para pedirnos el voto, le abramos, o por el contrario, dejemos la puerta cerrada.
ENLACE A LOS PROGRAMAS ELECTORALES DE CÁRTAMA
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