l Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) del 29 de diciembre de 2006 publicó la normativa aprobada en el Parlamento autonómico del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (Potaum), un documento que define jurídicamente el área metropolitana en torno a la capital de la Costa del Sol. Una conurbación integrada por los municipios de Alhaurín de la Torre, Alhaurín el Grande, Almogía, Álora, Benalmádena, Cártama, Casabermeja, Coín, Málaga, Pizarra, Rincón de la Victoria, Torremolinos y Totalán, en los que –según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE)– hay censados 881.845 habitantes, el 53,7% del total de la provincia.
En la última década, en esta zona – aúna parte del litoral oriental y occidental, el Valle del Guadalhorce y un par de municipios de los Montes de Málaga– la población ha experimentado un crecimiento del 14,2%. Además, en este espacio territorial, económico, social y turístico se ubican los principales nodos de comunicación de la provincia (el aeropuerto internacional más importante del sur de Europa; una moderna estación de ferrocarril con conexión de AVE; y un puerto que se ha convertido en destino del pujante turismo de cruceros); el principal centro educativo de la provincia (la Universidad) y de las nuevas tecnologías (el Parque Tecnológico de Andalucía).
Cuando la normativa autonómica definió el área metropolitana de Málaga se establecieron una serie de objetivos de índole urbanística, de movilidad, sobre las viviendas, las equipamientos públicos, infraestructuras energéticas, hidráulicas, de saneamiento y del tratamiento de residuos, sobre zonas verdes y áreas de oportunidad económica que deberían desarrollar los municipios de manera coordinada. Sin embargo, la experiencia de estos años y la propia valoración de los alcaldes de estos trece municipios evidencian que esta conurbación no termina de despegar en lo que a sinergias se refiere. ¿Las causas? De un lado, la crisis económica ha contribuido a frenar la consecución de estas metas; de otra, las reticencias mostradas por algunos de los municipios cuando no la falta de actuación de administraciones como la Junta de Andalucía o el hecho de que algunos de los servicios (agua, bomberos,...) estén en otros organismos como mancomunidades o consorcios, han contribuido a generar esta situación de estancamiento.
En este sentido, y por señalar algunos ejemplos, en Alhaurín el Grande está paralizada la construcción de la ciudad aeroportuaria –un proyecto a desarrollar en un espacio de 3,8 millones de metros cuadrados, donde se prevé una inversión de unos 300 millones de euros (el 85% privado) y que generaría unos 25.000 empleos en quince años– tras un informe de la Consejería de Medio Ambiente que declara inundable el 40% de ese territorio; en Álora, el área de oportunidad turística de Canca no avanza; en Casabermeja un millón de metros cuadrados para la instalación de un parque empresarial especializado en empresas logísticas y de transportes esperan la llegada de inversores; y el parque industrial de I+D en Pizarra también se encuentra en ‘stand-by’. Sí parece avanzar la conversión del Campamento Benítez de Málaga en un parque metropolitano, que lo convertiría en el pulmón verde de este área metropolitana.
Todo ello hace que el dibujo actual no sea muy positivo. Y valga un dato para mostrar el camino que aún queda por recorrer: mientras el área metropolitana de Barcelona cuenta con una administración pública –la AMB– que gestiona competencias como el territorio, el urbanismo, la movilidad, la vivienda, el medio ambiente, el desarrollo económico y la cohesión social, en Málaga no se tiene ningún organismo oficial y permanente que aglutine a estas trece localidades más allá del Foro Metropolitano de Alcaldes constituido en 2005 al amparo de la Fundación Ciedes y la Asociación Madeca. Un espacio para el diálogo, la reflexión y la colaboración que ha celebrado seis encuentros en estos años y donde se han presentado documentos de trabajo sobre movilidad, el ciclo del agua, la energía, los residuos sólidos o las telecomunicaciones pero que no han pasado del diagnóstico, se han quedado en el papel y no ha pasado a la realidad.
Eso sí, los alcaldes consultados y el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, coinciden en destacar que la filosofía del colaboración que rezuma la creación del área metropolitana de Málaga es positiva y que iniciativas como mancomunar servicios pueden suponer un ahorro significativo y beneficios para los ciudadanos. Y para ello ponen como ejemplo del éxito que ha supuesto como servicio a los malagueños el Consorcio de Transportes de Málaga. Una entidad de derecho público creada en 2003 y consorciada por la Junta de Andalucía (45%), la Diputación (5%) y los ayuntamientos integrantes (se reparten el 50% restante en proporción a su población), entre los que se encuentran once de los municipios que componen el área metropolitana de Málaga (todos menos Coín y Torremolinos) y que comparten un billete único.
Valoraciones
Bendodo se mostró partidario de «reforzar» el área metropolitana de Málaga y consideró que los municipios integrados deben seguir trabajando por generar «nuevas oportunidades». «Ya se ha avanzado en comunicaciones a través de nuevas infraestructuras y sistemas de transporte, pero es conveniente seguir avanzando. Los municipios tan sólo deben adaptarse y responder a una realidad creciente: las ciudades se expanden, crece la movilidad geográfica y aumenta la población que reside en un municipio y trabaja en otro limítrofe. Como Administración debemos dar una respuesta adecuada a esta situación y trabajar de la mano en cuantos aspectos repercutan en la calidad de vida de los ciudadanos y la mejora de los servicios. En este sentido, la experiencia indica que mancomunar servicios podría suponer un ahorro significativo. Pero también se pueden estudiar otras vías de colaboración que reflejen un fenómeno creciente e imparable. Las áreas metropolitanas son una realidad social y económica que el urbanismo reconoce e identifica. Ahora es preciso que las instituciones demos respuesta a esa realidad», subrayó .
Entre los alcaldes hay opiniones diversas, pero la mayoría coincide en hacer un balance negativo del área metropolitana, a la vez que reconocen que debería avanzarse en proyectos como mejorar y garantizar el abastecimiento de aguas –municipios como Cártama o Pizarra tienen problemas en este sentido–, en el tratamiento de residuos y escombros, en el saneamiento o en las energías para garantizar las futuras expansiones de los municipios.
El regidor de la capital, Francisco de la Torre, sostuvo que es necesario «incidir más» en el trabajo con visión supramunicipal y que haya una colaboración no sólo entre instituciones de distinto nivel sino entre las del mismo nivel como son los ayuntamientos. «Esa estrategia es beneficiosa para los ciudadanos», aseguró.
«El área metropolitana no está siendo nada beneficiosa ni perjudicial porque no se ha hecho nada. Debemos esperar que en un futuro sea algo positivo», afirmó el alcalde de Álora, José Sánchez. Una línea en la que incidió su homólogo de Cártama, Jorge Gallardo: «Hace falta una estrategia global y establecer sinergias que no se están dando». «A efectos reales no hemos recibido ningún beneficio», apostilló el alcalde de Coín, Fernando Fernández Tapia-Ruano, mientras que Antonia Ledesma, de Alhaurín el Grande, añadió: «Estamos desencantados».
Desde el litoral, el alcalde de Rincón de la Victoria, Francisco Salado, se lamentó de que «todo está paralizado» y que expectativas como la llegada del metro a su municipio o el tercer hospital «se ven muy lejanas en el tiempo». Más escéptico con el proyecto de área metropolitana se mostró el regidor de Torremolinos, Pedro Fernández Montes: «Están desfasadas pues es un concepto caduco y trasnochados». Y añadió: «Unos más, otros menos, todos los municipios de la Costa del Sol nos complementamos, y de hecho estamos integrados en la Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental. ¿Que podemos y debemos mejorar? Naturalmente. Pero cada cual ejerciendo su independencia municipal según su democrático leal saber y entender. Sabiendo que ninguno es rival del otro y dentro del mutuo respeto». Mientras que el alcalde de Totalán, Miguel Ángel Escaño, consideró que la pertenencia a esta conurbación está afectando «regular» a su pueblo.
La alcaldesa de Benalmádena, Paloma García Gálvez, se mostró convencida de que el trabajo en común se «irá potenciando en el futuro» y también se mostraron confiados en las posibilidades que el área metropolitana supone para sus localidades los regidores Cristóbal Torreblanca (Almogía); Antonio Domínguez (Casabermeja) y Francisco José Vargas (Pizarra).
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