Esta tarde, algún "gracioso", por llamarlo de alguna forma, ya que si empleo algunos de los adjetivos que se me vienen por la cabeza, a lo mejor hasta se enfada, no ha tenido otra ocurrencia que coger tablas y maderas, introducirlas en el hueco de un olivo centenario y prenderle fuego.
No contento con su hazaña, también ha ejercido sus dotes incendiarias con una de las papeleras de la urbanización.
Gracias a la intervención de varios vecinos, que con cubos, han logrado controlar el fuego hasta la llegada de la Policía Local y de Protección Civil, y gracias también a que había llovido, de lo contrario, el fuego se habría propagado rápidamente por todo la loma y hasta Dios sabe dónde.
¿Qué culpa tendrá un olivo, con más años que su padre y su madre juntos, para que le prenda fuego?
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