El presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, y su nutrido séquito hicieron ayer rememorar al pequeño pueblo de Carratraca su esplendoroso pasado, cuando allá por el siglo XIX su famoso balneario lo convirtiera en foco turístico de la burguesía de la época.
La llegada del mandatario africano al complejo Villa Padierna Thermas de Carratraca, el hotel de cinco estrellas que explota ahora este histórico manantial de aguas sulfurosas y medicinales, generó un considerable revuelo en esta localidad de menos de mil habitantes, que durante toda la mañana experimentó un incesante ir y venir de vehículos en una villa poco acostumbrada a recibir a jefes de estado.
«Habrán llegado veinte o veinticinco coches», relataba un vecino que pocos días antes fue testigo de cómo el personal de seguridad inspeccionaba los alrededores del hotel, con perros incluidos. Joseph Kabila, que preside el Congo desde 2001, llegó poco antes de la una de la tarde, con la intención de pasar todo el fin de semana y, al parecer, para someterse a un tratamiento dietético especial y a probar las aguas del balneario, con fama de milagrosas. Así lo explicó a este periódico el empresario Ricardo Arranz, que gestiona este establecimiento, considerado como el mejor spa hotel de España, según la organización World Travel Awards.
«Es bueno que personajes de esta categoría empiecen a acceder al turismo de salud», reflexionó Arranz, que confirmó que el presidente se ha alojado en Carratraca junto con su familia, aunque la mayor parte de sus muchos acompañantes formaban parte de su equipo de seguridad. «El año pasado ya estuvieron en el Villa Padierna (Marbella) y el séquito era enorme», apunta el empresario. La comitiva del Congo había reservado alrededor de una veintena de habitaciones para esta estancia, que supone un paréntesis en las vacaciones que Kabila pasa en el Marbella Club.
Visita a La Rosaleda
De hecho, el pasado fin de semana el presidente, junto con sus hijos, algunos ministros y, por supuesto, los encargados de velar por su seguridad, acudieron al estadio de La Rosaleda a presenciar el encuentro entre el Málaga C. F. y el Barcelona.
Fue una visita que no pasó ni mucho menos inadvertida, con 14 vehículos de alta gama a los que la policía abrió paso a su llegada al campo, y con 'overbooking' en el palco y en la zona vip. Más tranquila se prevé la estancia en Carratraca, donde durante el día de ayer el presidente apenas se dejó ver, recluido en las comodidades del complejo, formado por 43 habitaciones de lujo con obras de arte en sus paredes.
La alcaldesa del municipio, Marian Fernández, se acercó por la tarde a intentar saludar y dar la bienvenida al líder africano. «Al principio el pueblo estaba asustado, porque hay un dispositivo de seguridad tan enorme... Pero ya se ha corrido la voz de quién es. Yo estoy encantada de que vengan, y esperemos como él», afirmaba la regidora.
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