ARTE EN LA AVENIDA DE ALHAURÍN DE LA TORRE.-

ARTÍCULO DE OPINIÓN DE MÁLAGA
Autor Ana García
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Cruzar el corazón de Alhaurín de la Torre es entrar en un museo urbano, donde el arte en la calle sorprende a los visitantes. Una biznaga de agua, un barco sobre olas o una ninfa del mar dan la bienvenida y causan la admiración de quienes circulan o pasean por la arteria principal del pueblo.



A lo largo de la avenida nueve rotondas que se han acondicionado en los últimos siete años con llamativos elementos decorativos, regulan el tráfico al mismo tiempo que dan una pincelada artística a la travesía.


En el cruce de El Lagar la escultura del artista Antonio Yesa El fuego y las semillas, preside la entrada a la urbanización sobre una base de pizarra formando dibujos.



La zona residencial Retamar tiene en su entrada El Barco, de la artista Sandra Martínez Céspedes. Un barco de acero de seis metros de altura navegando sobre un mar con olas, que da continuidad a la denominación de calles de la urbanización: Carabela, Galeón, Catamarán, Bergantín, Goleta…


Al entrar al pueblo desde la localidad vecina de Alhaurín el Grande, La pirámide de la paz de la artista local Beatrice Morales, anuncia la llegada a Alhaurín de la Torre. Justo en la puerta de la urbanización Pinos de Alhaurín se alza una pirámide de azulejos de cinco metros de altura que representa las cuatro estaciones del año a través de figuras femeninas.


A su alrededor, 250 chorros de agua surgen de la pared del vaso y crean una onda continua alrededor del conjunto.

Otro de las rotondas más conocidas de la travesía es la de la chorisia speciosa, un árbol centenario de mas de ocho metros de altura ubicado en la glorieta de Fuensanguínea.


Este árbol adquirido en Argentina es conocido popularmente como el palo borracho y no existen muchos ejemplares en España.

En el mismo trayecto, Alegoría del mar culminó el embellecimiento del cruce de caminos de la urbanización Platero. Se trata de un conjunto escultórico que representa una ninfa del mar corando una fuente artística situada en la glorieta.


La pieza recrea la majestuosa figura de una ninfa sobre una barca fundida en una caracola y rodeada de símbolos marinos como conchas, corales, tentáculos, olas o aletas. La obra fue realizada por el afamado artista, escultor e imaginero afincado en Alhaurín de la Torre, Esteban Pérez Palma.


La entrada de Cortijos del Sol cobró vida con la conocida entre los vecinos como la fuente del sol, donde una gran bola de fuego se centra en la glorieta rodeada de cuatro esferas más pequeñas pareciendo un sistema planetario.


Y una de las primeras glorietas engalanadas de la travesía de Alhaurín de la Torre en la urbanización Manantiales y que con el tiempo se está convirtiendo en el símbolo que representa a la ciudad, con permiso de la vieja torre, es la conocida como la fuente de la biznaga.

La estructura, realizada en acero inoxidable, cuenta con 400 aspersores que expulsan agua pulverizada y dan una sensación de esfera blanca, de ahí su identificación con la tradicional biznaga malagueña.


En conjunto, un recorrido marcado por un divertido colorido, majestuosas figuras y un elemento común, la alegría del correr del agua.