FUENTE. EL MUNDO
En los Estados Unidos, más de 22 millones de personas viven en los denominados trailer parks, una suerte de campings permanentes que han llegado a España por el cine y la televisión. Sin embargo, algunos creen que un fenómeno similar puede reproducirse en España. A Raquel y a Esteban, por ejemplo, no les sorprendería. Hace año y medio que les desahuciaron y desde entonces viven en un habitáculo con ruedas de 44 metros cuadrados en una localidad de La Alcarria (Guadalajara). Tampoco a Francisco le parece una idea tan descabellada, que vive en una casa móvil a las afueras de Málaga.
En ambos casos, la crisis les obligó a cambiar de vida, pero no son los únicos. Los fabricantes y vendedores de estas 'casas con ruedas' opinan que esta forma de vida ha dejado de ser ultraminoritaria. Desde que comenzó la crisis, afirman que se venden muchas más que años atrás y que muchas de ellas ya no se utilizan sólo como segundas viviendas vacacionales aparcadas ad eternum en los campings.
'Nos embargaron la vivienda', asegura Raquel, que ahora está 'encantada' con su casa móvil
Ahora se venden para que la gente se quede a vivir en ellas igual que antes vivían en sus casas de ladrillos lo que en ocasiones genera 'roces' legales con los dirigentes municipales, necesitados de ingresos.
"Nos embargaron la vivienda", dice Raquel antes de apostillar rápidamente que ahora está "encantada con mi vivienda" móvil desde que ella, su marido Esteban y sus dos hijas se vieron obligados a abandonar su casa 140 metros cuadrados hecha de ladrillos para irse a vivir a una residencia móvil de 44 metros cuadrados fabricada de chapa, aislante y madera que colocaron en una parcela de alquiler de la Alcarria.
Por otro lado, en el sur de España, Francisco y su esposa viven en una casa móvil de 40 metros cuadrados -con un porche de otros 30 metros- en el que alguna vez ha tenido una pequeña inundación por la crecida de un río cercano. La vivienda está situada en un terreno que es propiedad de su suegro y que se encuentra en la localidad de Cartama en la provincia de Málaga. Francisco cuenta como él y su esposa se mudaron hace ya cuatro años a esta nueva vivienda y que nunca antes habían residido en un tipo de casa que se saliese de lo tradicional.
"Mi marido es transportista y lo había visto en el extranjero" dice Raquel cuando se le pregunta de dónde sacó la idea de irse a vivir a una casa móvil con ruedas. En el caso de Francisco también fueron los foráneos, turistas en este caso, los que le inspiraron sobre esta nueva forma de residencia, "vi a unos ingleses y ahora vivo en una casa móvil", señala.
La instalación de estas casas en zonas rurales en ocasiones genera 'roces' legales con los ayuntamientos
Raquel se queja de que "te tratan como a un loco" cuando la gente se entera de que vive en este tipo de residencia. Dice que está aburrida de escuchar frases como "cuando podáis os metéis en 'ladrillo'", a lo que ella responde "no lo echo nada de menos". En cambio, para Francisco, "el ladrillo es mejor, pero en la finca de mi suegro no podíamos construir y además esta casa me la puedo llevar".
La tendencia de mudarse a estas casas "está empezando y estoy seguro de que va a existir en una medida mucho mayor", señaló el director de la empresa Mi Casa Móvil. Este fenómeno tiene una menor visibilidad que magnitud porque "a la gente le da vergüenza decir que vive en este tipo de vivienda por la forma de vivir que tenemos aquí en España" según señalan desde la empresa Tumobilhome Spain.
Robert John Caley, gerente de la empresa Tumobilhome Spain, dice que "está cambiado mucho el tipo de vivienda y el perfil del comprador". Comenta que ahora "venden bastante menos pero a un precio mayor" porque la gente "busca una casa para vivir y no una casa de fin de semana como ocurría antiguamente". Además, Mr. Caley reconoce que en su sector, "la crisis nos ayuda" pero se queja de que la banca no presta dinero.
Por otro lado, Francisco Pacheco, director de Mi Casa Movil, confirma que "mientras que antiguamente la clase media la utilizaba las casas móviles como segunda vivienda, ahora tiene una mayoría de compradores con un poder adquisitivo medio-bajo que la utilizan como primera vivienda", al no poder permitirse una casa tradicional.
Los principales fabricantes y comercializadores en nuestro país coinciden en que la mayoría de las casas móviles con ruedas se distribuyen por Andalucía y, en menor medida, por la zona de Levante, la sierra de Madrid y Cantabria.
'Mucho extranjero jubilado vive así todo el año' en las zonas costeras de Andalucía
El hecho de que Andalucía sea la comunidad autónoma en la que más triunfan las casas móviles con ruedas se debe principalmente a causas culturales, económicas y climáticas. Por un lado, según apunta Pacheco sobre esta forma de vivienda en auge, estamos bastante acostumbrados a este tipo de viviendas porque "mucho extranjero jubilado vive así todo el año" especialmente en las zonas costeras de Andalucía.
Por otro lado, en esta comunidad autónoma existe una gran cantidad de zonas rurales, asentamientos para acampada y terrenos en manos de pequeños propietarios, que junto con unas temperaturas más suaves que en el resto del territorio peninsular, favorecen la instalación de este tipo de viviendas móviles.
En cambio, la cultura de los extranjeros respecto a la vivienda cambia radicalmente y residir en una casa móvil con ruedas es habitual entre los extranjeros anglosajones. Por ejemplo, en el término municipal del Campillo de Málaga hay un camping permanente propiedad de la cantante Ana Reverte en el que viven, desde hace más de cuatro años, 10 familias inglesas de jubilados y prejubilados que pasan allí la mayor parte del año pagando una cuota mensual de 250 euros al mes por el terreno, el agua y la electricidad. Inspirados en parte por esta iniciativa, en la zona se están preparando otros asentamientos permanentes para este tipo de casas.
¿Cómo son estas casas?
Las casas con ruedas que habitualmente están construidas con chapa de acero y un sistema de aislamiento termoacústico, homologado por la Unión Europea, en forma de Sandwich que cuenta con una capa de acero otra de material aislante y otra de madera.
Según cuenta Antonio Cruz, director de Casas Móviles Costa Golf, estas casas están en venta desde los 12.000 euros en su versión más básica que consiste en 22 metros cuadrados en los que se incluyen dos dormitorios, una cocina americana y un baño sin amueblar.
Para su transporte, las casas cuentan con ruedas instaladas en su base que permiten subirlas al remolque de un camión para que puedan moverse de un lugar a otro y cuentan las necesarias para su instalación en un terreno.
¿Dónde se pueden instalar?
La cuestión del dónde y el cómo pueden instalarse este tipo de viviendas es un asunto que ha llegado a provocar fricciones entre los propietarios, las compañías encargadas de su comercialización y los ayuntamientos en relación con los permisos necesarios para su instalación en un determinado terreno siempre que éste no tenga la calificación de protegido.
Mientras que las empresas comercializadoras argumentan que este tipo de viviendas están consideradas como un bien mueble según la legislación europea y que no es necesario adquirir ningún tipo de permiso para su instalación, la posición de algunos ayuntamientos, como los de Galicia, es distinta. Por ejemplo, en el Concello de Carreño consideran que este tipo de viviendas requieren el "mismo trámite que una construcción normal" para instalarse en un terreno y que necesitan de un proyecto y una licencia por demanda de prestación de servicios.
Además, desde esta administración local sostienen que es necesario que el terreno en el que se instalen cumpla los "mismos parámetros de parcela mínima" que una vivienda tradicional y que en ningún caso esta vivienda podría colocarse sobre suelo rústico ya que según la ley 2:2010 no se permite el uso residencial para este tipo de fincas salvo que ya se encuentren en explotación». Por último, apuntan que estos criterios los suscriben todos los demás ayuntamientos de la zona.
Según han informado a Elmundo.es abogados expertos en temas inmobiliarios, cualquier instalación que requiera de una cimentación y acometida debe pagar una licencia de obra y señalan que el problema principal en este aspecto suele estar relacionado con el gravamen del 4% de los costes que implica este permiso. Los letrados afirman que en este tipo de viviendas, el impuesto debe aplicarse sobre el presupuesto de la cimentación y la acometida en lugar de realizarlo sobre la suma del coste de la vivienda, la cimentación y la acometida como pretenden hacer algunos ayuntamientos españoles.
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