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lunes, 22 de abril de 2013

NUEVO REVÉS DE LA JUNTA A LA DEPURACIÓN DE LAS AGUAS DE CÁRTAMA.-

FUENTE. MÁLAGA HOY

Hace ya casi siete años que la Junta de Andalucía y los alcaldes de Málaga y la comarca del Guadalhorce se comprometieron a impulsar la construcción de la que iba a ser la tercera depuradora de la capital, que atendería a la parte norte de la ciudad además de a Cártama y Alhaurín el Grande. Pero la disolución de aquel gran pacto por discrepancias políticas y el déficit presupuestario han vuelto a echar por tierra esta posibilidad a medio plazo. El nuevo retraso lo avala el proyecto anunciado hace una semana por el propio Gobierno autonómico para empezar a construir este año dos colectores que llevarán las aguas residuales de estos dos municipios, que siguen sin depurar, hasta la actual planta del Guadalhorce sin que la Empresa Municipal de Aguas (Emasa), que gestiona esta planta, esté de acuerdo por falta de capacidad.

No hay dinero y el que hay, recaudado mediante el cobro en la factura de abastecimiento de todos los usuarios del llamado canon del agua desde 2011, se destinará a paliar de forma parcial la falta de saneamiento en los municipios del área metropolitana de la capital que siguen sin depuradora pese a que el plazo dado por la Unión Europea acaba en 2015. La idea es aprovechar en un futuro estos colectores y engancharlos a la depuradora norte si se hace finalmente.

Pero de momento tendrá que esperar porque la intención del Gobierno autonómico es iniciar este mismo año la construcción de ambos colectores, presupuestados en unos 4 millones de euros más una cantidad similar que está previsto que se invierta en las expropiaciones de los terrenos por los que discurren. Sin embargo, el plan de la Junta se encontrará con un importante obstáculo y es que Emasa ya advirtió hace unos meses que la depuradora del Guadalhorce está saturada y no tiene capacidad para acoger los alrededor de 70.000 metros cúbicos diarios de aguas residuales procedentes de Cártama y Alhaurín el Grande. Máxime, cuando el Ayuntamiento de Málaga lleva años demandando la nueva infraestructura porque, tras aceptar la depuración de las aguas residuales de Alhaurín de la Torre, trata ya diariamente unos 180.000 metros cúbicos.

De hecho, el proyecto de la tercera depuradora de la capital ya está redactado desde hace casi dos años y estaba presupuestado en cerca de 24 millones de euros, que financiarían entre la Consejería de Medio Ambiente y los municipios beneficiados. La nueva planta depuradora del Bajo Guadalhorce tendría capacidad para tratar las aguas residuales que produzcan alrededor de 400.000 personas de la zona norte de Málaga y los dos municipios del Guadalhorce. En total, unos 100.000 metros cúbicos al día. El Ayuntamiento de Málaga llegó a reservar incluso en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) una parcela de alrededor de 40 hectáreas, entre el aeropuerto malagueño y el límite con el municipio de Alhaurín de la Torre, para construir esta nueva depuradora. Y es que pese a la gran cantidad de población que concentra, solo la capital, Torremolinos y Alhaurín de la Torre están depurando sus aguas en todo el área metropolitana. El resto sigue a la espera de la terminación de la futura estación depuradora del norte, que fue incluida en las 47 obras de interés autonómico decretada por la Junta hace años.

La situación de esta zona es especialmente deficitaria dado que Alhaurín el Grande (22.785 habitantes), Coín (21.484 habitantes) y Cártama (20.436 habitantes) vierten sus aguas directamente sin depurar y la de sus núcleos a los cauces del río Guadalhorce y de su afluente, el río Fahala, de los que en parte se abastecen la capital.

La que sí parece que correrá mejor suerte será la estación depuradora que aglutinará las aguas residuales de Coín, Álora y Pizarra. La Consejería de Medio Ambiente sí ha confirmado que también este año tiene intención de reanudar esta obra, que incluso llegó a ser adjudicada en su primera fase, y que está previsto que cueste en torno a 9,8 millones de euros.

Ambas depuradoras formaban parte del conjunto de obras que el Gobierno central, la Junta y los ayuntamientos de la capital y el Guadalhorce se comprometieron a impulsar mediante el protocolo de colaboración que suscribieron en agosto de 2006 para crear el Consorcio Provincial de Aguas de Málaga y el Bajo del Guadalhorce, y que se encargaría de gestionarlas. En total se habían planificado obras hidráulicas en la zona por valor de 234 millones de euros.

Pero el pacto saltó por los aires solo seis meses después debido a la negativa de los alcaldes del Guadalhorce a construir que una pequeña represa en el río Grande para abastecer a la capital, a pesar de que habían suscrito un acuerdo previamente.

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