FUENTE. DIARIO SUR
La alarmante oleada de robos que sufre en los últimos tiempos el campo malagueño ha llegado también hasta el Valle del Guadalhorce, inmerso estos días en plena campaña de cítricos. La organización agraria Asaja Málaga denunció ayer una serie de asaltos «sin precedentes» (aunque no se ha calculado la cifra de pérdidas) después de que se hayan disparado los lamentos de los agricultores de la comarca, que se encuentran en plena faena en sus fincas.
La única cooperativa de cítricos que opera en la provincia, Citrima, que cuenta con unos 70 socios, aseguró que la mayoría están «desesperados» y que la preocupación crece de forma progresiva, ya que prácticamente no pasa un día sin que trasciendan nuevos incidentes en la zona. «Todos los días estamos cosiendo alambradas por un sitio y por otro», lamentó un portavoz de Citrima, que tiene su sede en el municipio de Cártama.
Los casos se han sucedido sobre todo por Campanillas, Pizarra, Coín, Alhaurín, Cártama y Churriana, y han afectado a campos de limones, naranjas y, en menor medida, aguacates. «Los ánimos están muy crispados y la sensación de indefensión entre los productores es tremenda», critica Asaja. La asociación agraria cita otro aspecto preocupante: el repunte de robos ha coincidido con el estado en el que la fruta se encuentra en un periodo óptimo de maduración, lista para ser recolectada y vendida.
En este sentido, subrayan que, pese a que el precio de los cítricos no es demasiado elevado desde hace años, este tipo de vicisitudes han deprimido más a los citricultores. El kilo de naranja ronda los 20 céntimos; el de limones, entre 30 y 35 céntimos; y el de aguacate, 1.80, apuntan desde Citrima, donde reconocen que los agricultores del Guadalhorce han convivido históricamente con pequeños hurtos, pero nunca habían vivido una serie de robos a gran escala como los que ahora se están dando.
Y es que, lo que antes eran hurtos de algún que otro saco de naranjas para consumo familiar, ahora se han convertido en robos organizados para vender la fruta rápidamente y obtener dinero, asegura Asaja: «Ese es el gran problema, la existencia de receptores de fruta robada». Por este motivo, reclaman no solamente más vigilancia en el campo, sino que se controle la mercancía sustraída para evitar el comercio ilegal de cítricos.
La cooperativa de Cártama, que gestiona un volumen de 20 millones de kilos, ha recomendado a sus socios que denuncien todos estos asaltos, pero admite que la mayoría está hastiada y opta por no denunciar, muchas veces por temor a represalias por parte de los mismos ladrones, con los que ya se han vivido en más de una ocasión episodios desagradables.
No solo fruta
Más allá del robo de la fruta en sí, también se han dado casos de sustracciones de herramientas, enseres de valor y cualquier otro tipo de material. «El otro día entraron en casa de mi hijo mientras él estaba dentro viendo la televisión, y se llevaron un portón muy grande de hierro», indicó Antonio Jiménez, presidente de la comunidad de regantes de Campanillas.
Asaja Málaga lleva semanas reclamando a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que extremen el trabajo en todo el campo en la provincia. De hecho, antes de que los productores de cítricos denunciaran esta situación, agricultores de las comarcas de Antequera y de la Axarquía ya habían alzado la voz, fundamentalmente por el aumento de robos en cultivos de alcachofas, de aguacates y de aceitunas, entre otros.
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