EL HALLAZGO DEL MOSAICO, "EL NACIMIENTO DE VENUS".-

Por Juan Andrés Vera.-

Ahora que los medios y las agencias de comunicación se han hecho eco de la restauración del mosaico encontrado en Cártama, “el nacimiento de Venus”, y que el nombre de mi pueblo vuelve a relacionarse con importantes restos arqueológicos que forman parte de la historia de España, he querido recoger el testimonio de un vecino que me relató como fue testigo directo de este hallazgo.

vivienda de Jose Mora en la actualidad

Hacía ya varios días que José Mora Faura estaba realizando unas obras en el establecimiento de tripas que tenía en el número 94 de la calle de Abajo.

En un mediodía del mes de febrero de 1.956, el escritor Maximiliano García Venero, que había venido al pueblo para hacer un reportaje sobre la ermita de los Remedios, se encontraba en casa de Paco Baquero y en compañía de González Marín cuando fueron requeridos por la mujer de José Mora, alertándoles de la aparición de unas piedras extrañas en las obras de su casa.

Inmediatamente los tres se dirigieron al lugar donde ya se había concentrado medio pueblo ante la noticia del descubrimiento y a simple vista, los tres amigos ya supieron reconocer la importancia del hallazgo.

el mosaico

Ante la preocupación de José Mora a que sus obras se vieran afectadas, insinuó que el mosaico fuera nuevamente enterrado, como si aquí no hubiera pasado nada. Fue el propio González Marín, el que se opuso a ello citando textualmente: “Aquí en Cártama no se entierra nada más”. Unos años antes, en unas obras donde aparecieron cuatro columnas completas con sus pedestales y frisos, éstas  fueron arrojadas al arroyo El Lagar y enterradas bajo toneladas de tierra y escombros, y allí seguirán, a la espera de que alguien las vuelva a encontrar y sepa darles el valor y el lugar que se merecen.

A las pocas horas de llamar González Marín a Málaga, se personaron los responsables de cultura en la casa de José Mora. Poco a poco, y en una operación que tardó varios días, fueron sacando a la luz y enrollándolo en una tela negra, un mosaico de 6 x 4 en cuyo centro se representaba a la diosa Afrodita, con larga cabellera y sobre una concha, que llega empujada por el soplo de los dioses y arrastrada por los delfines a la playa de una de las islas que tradicionalmente se le dedicaban. El mosaico fue datado en la segunda mitad del siglo II d.c. El profesor Alberto Balil Illana realizó un amplio estudio de este mosaico que fue publicado en varios libros. Sólo existen tres mosaicos hispanos que representan el nacimiento de Venus, el de Cártama, La Quintanilla, en Murcia y el de Itálica.

foto detalle

Durante muchos años, este mosaico fue la pieza central del patio-jardín en el  Palacio de Buenavista, sede del museo de Bellas Artes en Málaga. Ahora, y tras la restauración que llevará a cabo el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, el mosaico formará parte como una de sus piezas importantes, de la colección permanente del museo de Málaga, en su nueva sede del Palacio de la Aduana.

Distinta suerte tuvieron otros mosaicos de la época encontrados en Cártama, uno en la calle del Agua, donde tras su descubrimiento, volvieron a enterrarlo, otro, en los pisos de viviendas junto a la gasolinera, y que corrieron su misma fortuna.

Y es que Cártama,  los cartameños, y por consecuencia, los distintos dirigentes que ha tenido durante su historia reciente, contagiados de esa falta de interés de su pueblo, nunca han sabido apreciar el rico valor cultural e histórico que de vez en cuando afloran en estas tierras. Tal vez sea mejor dejarlos enterrados, para preservarlos, y a la espera de que alguna generación de cartameños sean conscientes del rico patrimonio que atesoran bajo sus pies.

“Mi agradecimiento a D. Francisco Baquero Luque, ya que sin su testimonio no hubiera sido posible este artículo. Mis felicitaciones y mi ánimo para que, pese a su edad y los achaques del tiempo, continúe enseñándonos la rica historia de Cártama, de esa forma que sólo sabe hacer, el que de verdad ama a su pueblo.”