Urgencias colapsadas por falta de camas en planta para ingresar a los enfermos. La denuncia la hizo ayer CCOO y esta vez no se refiere al Clínico -un hospital que de forma recurrente padece ese déficit- sino al Carlos Haya. El sindicato aseguró que hay pacientes que han llegado a esperar hasta 72 horas en el área de Observación de Urgencias para ser hospitalizados, cuando lo normal es que tras 24 horas se resuelva su alta o su ingreso en planta. El hospital negó que las esperas sean tan largas y, sobre las 16:00 de ayer miércoles, estimó que, como mucho, aguardaban desde el martes.
El problema, según el delegado de CCOO Juan Antonio Torres, es que al no haber sitio libre en las plantas se van acumulando en la Observación los enfermos que no pueden subir. El representante sindical explicó la causa del tapón asistencial. A las operaciones de rutina se suman las intervenciones programadas que se están haciendo dentro del plan de choque para reducir las listas de espera. Como los cirujanos operan más, hay más camas ocupadas con postoperatorios. Pero a este incremento se añade un aumento de los ingresos por Urgencias debido al frío, que provoca fundamentalmente más casos de gripe o neumonías.
En síntesis, hay más demanda de camas, pero como están ocupadas, los pacientes que llegan por Urgencias y deben ser hospitalizados no pasan a planta en cuanto un facultativo dispone su ingreso sino cuando hay sitio. Mientras tanto, permanecen ingresados y atendidos, pero en Urgencias, cuando deberían subir de inmediato a la planta.
"Hay más operaciones para bajar la lista de espera, pero ahora faltan camas", resumió el delegado de CCOO. "Lo normal es que estén 24 horas en Observación, pero ha habido casos en los que el enfermo ha llegado a esperar hasta 72 horas. Y allí están en camillas, de esas de traslado, en las que el paciente no se puede ni girar", denunció.
En la Observación del Carlos Haya hay 22 camas, más dos para enfermos en situación crítica. Según los datos de CCOO, el martes estaban las 22 camas ocupadas por lo que el personal tuvo que hacer hueco en camillas para cinco pacientes. Ayer, también estaban en uso las 22 plazas y, a las 15:00, había cuatro enfermos en camillas porque no podían subir a planta. Según denunció Torres, las 22 camas previstas en Urgencias tienen su box y su intimidad mientras que las plazas que debe improvisar el personal cuando se colapsa el área de Urgencias se habilitan con camillas, separadas por biombos y en la zona de críticos.
De modo que, según el representante de Comisiones Obreras, cuando entra un paciente en situación crítica se complica la logística porque hay que desplazar a los enfermos que no son críticos, pero que están en camillas esperando para pasar a las plantas. Torres opinó que por más que desde la Administración se relativice la necesidad de camas con el argumento de que ya mucha cirugía se hace sin ingreso (más de la mitad de las intervenciones son ambulatorias), situaciones de "colapso" como las que se viven en estos días en el Carlos Haya ponen de manifiesto un déficit de plazas hospitalarias en la provincia. Según un estudio que hace más de un lustro presentó Comisiones Obreras, el déficit a nivel provincial es de casi 700 camas. Unas carencias que un informe de la Fundación Ciedes cifró con posterioridad en torno a mil plazas. El sindicato denunció ayer la saturación de Urgencias ante los profesionales de ese área y a los máximos responsables del área de enfermería.
Tradicionalmente, el Hospital Carlos Haya siempre ha tenido una ocupación media de camas más baja que el Clínico. Ello debido a que, por un lado, este último centro atiende a la parte de la provincia con mayor expansión demográfica -la costa occidental- y, por otra, a que cubre la asistencia de una comarca sin hospital -el Valle del Guadalhorce-. De ahí que los tapones en Urgencias suelan registrarse en el Clínico. Pero en este caso, la situación afecta al Carlos Haya.
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