CORTIJO CASABLANCA, EL MUSEO MUNICIPAL DE PIZARRA.-

Según fuentes históricas, los primeros datos del Cortijo Casablanca nos llevan a finales del siglo XV, siendo su propietario Aben Falcón, escudero del alcalde de Álora. Es esta época de dominio musulmán, donde el cortijo era conocido como Arrafa, Rofa o Rafá. Ya en la última década del siglo XV paso a manos de Cristóbal de Mosquera, como donación de los Reyes Católicos por los servicios prestados en la conquista de Málaga. Es en el siglo XVI cuando se le da en nombre de Cortijo Casablanca.

Durante trescientos años, el cortijo pasa por diferentes propietarios siendo adquirido en 1917 por los Condes de Puerto Hermoso, quienes lo destinaron a la explotación ganadera y agrícola. En 1985, los condes ceden al ayuntamiento de Pizarra el cortijo, el cual, tras varios años de restauraciones, se convierte en museo municipal en 1.995.



En la actualidad el cortijo se configura en una serie de edificaciones separadas. El museo se compone de dos salas, la Gino Hollander y la sala Agustín Clavijo.

En la Sala Gino Hollander, el visitante podrá disfrutar el pasado más primitivo y el más reciente, donde se muestran piezas de las distintas culturas que poblaron la península iberíca. Se destaca el Bifaz lanceolado, con una antigüedad de más de un millón de años, y piezas de la Sierra de Gibralmora o  Castillejos, una necrópolis  de la Edad del Bronce. Además en esta sala se pueden observar enseres y utensilios, mobiliarios de época, arcones o mesas, todos ellos usados en el campo.

La Sala Agustín Clavijo tiene un carácter etnográfico, dedicada en su totalidad a las actividades domésticas y exhibición de muebles antiguos, reflejando el modo de vida tradicional que ha pervivido hasta nuestros días. También se exponen las pinturas de Gino Hollander, controvertido artista de la época que refleja en sus obras el expresionismo abstracto.

Más información, horarios así como su ubicación, pueden ser consultado en su página web.

FUENTE: Museo municipal de Pizarra.

ENLACE A LA WEB