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domingo, 7 de octubre de 2012

EL CHARE DE CÁRTAMA VUELVE A SER NOTICIA.-

FUENTE: DIARIO SUR
AUTOR Francisco Jiménez y Carmen Martín

Fueron concebidos en los años de bonanza, cuando la crisis aún no se había colado en las vidas de los españoles y el ladrillo era el maná que alimentaba las arcas de las administraciones públicas. Eran proyectos ambiciosos, unos por necesidad y otros por mejorar la calidad de vida, pero todos propios de una época en la que el dinero no suponía freno alguno. Pero el panorama cambió con el descalabro económico, dejando tras de sí un reguero de interrogantes sobre el futuro de cerca de una veintena de grandes edificios de la provincia que parecen condenados al olvido, al menos a corto plazo. En este abanico hay un poco de todo: nuevos equipamientos que están listos (o casi) pero no hay dinero para asumir su mantenimiento como la cárcel de Archidona o el hospital del Guadalhorce; actuaciones a las que los recortes les ha pillado a medias, como el nuevo hospital de Ronda; otros que están vacíos porque no se les encuentra uso como el centro cultural del puerto de Málaga; y, en el furgón de cola, inmuebles históricos que llevan décadas esperando una inyección económica como el convento de la Trinidad en la capital.

La lista es amplia, pero uno de los casos que más claman al cielo es el del hospital del Guadalhorce, ubicado en Cártama. Después de un sinfín de obstáculos y retrasos desde que fue anunciado por la Junta de Andalucía en 2005, ahora está más que terminado. Sin embargo, sus 48 habitaciones y sus cuatro quirófanos siguen cerrados. ¿El motivo? El Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, no puede asumir los dos millones que cuesta llevar la electricidad. Mientras, en la Consejería de Salud tampoco parece que tengan demasiada prisa, ya que para ponerlo en marcha tendrá que equiparlo y dotarlo de personal, una utopía ahora que los recortes en medios humanos y técnicos están a la orden del día en la sanidad pública.
No es mejor el panorama del Hospital Costa del Sol (Marbella). La ampliación se encuentra estancada en los tribunales al considerar la adjudicataria que se había incumplido el pliego de condiciones. Las obras deberían haber terminado en octubre de 2011, pero llevan paralizadas desde entonces, aunque desde Salud prefieran hablar de ralentización.

Tampoco hay nada claro sobre la construcción del nuevo hospital de Ronda. El Ayuntamiento mantiene que los trabajos están parados y Salud, en la misma línea que anteriormente, dice que siguen su ritmo, que están al 60% de ejecución y que acabarán este año. Tirando de hemeroteca, ya decían hace justo un año que estaban al 60%. Blanco y en botella.

Prisión Málaga II

Los recortes también han tocado de lleno a la segunda prisión de la provincia, la Málaga II: Levantada en Archidona, está prácticamente terminada, aunque Instituciones Penitenciarias no ha querido facilitar el estado de los trabajos. De momento no va a poder servir para descongestionar la saturada cárcel de Alhaurín de la Torre, ya que no hay dinero para contratar al personal necesario para su apertura: 700 funcionarios, laborales fijos y guardias civiles. «Esa es la cruda realidad», reconocía hace unos días el propio subdelegado del Gobierno, Jorge Hernández Mollar, pese a los 18,4 millones consignados en los Presupuestos Generales del Estado de 2013.

Del futuro centro penitenciario al que lo fue en su momento. La antigua prisión se incorporó el pasado día 25 al patrimonio de Málaga una vez que el Ayuntamiento y el Ejecutivo central firmaron la escritura para el cambio de titularidad. De los usos de este inmueble clausurado en agosto de 2009 se ha hablado mucho, pero sin concretar nada. Últimamente ha ganado peso la opción de reconvertirlo en un centro social y cultural en vista de que el Auditorio Municipal proyectado en la explanada portuaria de San Andrés sigue en dique seco con apenas 171.000 euros del Gobierno para 2013.

No es el único edificio con destino cultural de la capital envuelto en un mar de dudas. En este mapa de incógnitas destaca el convento de la Trinidad, que primero iba a ser un Parque de los Cuentos, luego subsede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, un centro de la Unesco dedicado al arte rupestre e incluso sede del Museo Arqueológico. A día de hoy, únicamente se ciernen nubarrones sobre esta deteriorada joya del siglo XV sin que su propietaria, la Junta, tenga claro qué va a hacer. También resulta paradigmático el caso del antiguo colegio de San Agustín, que lleva desde 1994 esperando a que el Ejecutivo central acometa de una vez su rehabilitación para albergar la Biblioteca Pública del Estado. Viendo las cuentas del próximo año, tampoco será en 2013.

En este elenco de edificios enterrados por la crisis, el Consistorio malagueño también tiene su cuota de protagonismo. Tras el fiasco del Museo de las Gemas, en la antigua fábrica Tabacalera hay más de 20.000 metros cuadrados esperando inquilino después de una reforma que costó 20 millones y que ha permitido enclavar varias dependencias municipales y el Museo del Automóvil. El alcalde, Francisco de la Torre, avanzó recientemente que tiene varias propuestas, aunque no las concretó. Más verde está la manzana que ocupan los antiguos cines Astoria y Victoria. La iniciativa privada se presenta como la única salida para recuperar este inmueble por el que la ciudad pagó 20,7 millones para garantizar su uso cultural. Por último, las vistas apuntan a la esquina de oro del puerto, donde se encuentra el centro cultural cuyo principal símbolo es el cubo de vidrio de 12 metros de alto. Su construcción ha corrido por cuenta de la concesionaria del Muelle Uno, aunque la Autoridad Portuaria se niega a recepcionar la obra mientras no se solventen los problemas con el suministro eléctrico. Hasta entonces no pasará a disposición del Ayuntamiento para sacar a concurso su adaptación y gestión por unos ocho millones de euros.

Cinco frentes en Antequera
En Antequera hay hasta cinco edificios en el aire. El que más polvo acumula por su deterioro es el Centro de Interpretación de la Prehistoria de Andalucía (Cipa), que comenzó a construirse en 1992 a los pies del dolmen de Menga y quedó paralizado en 1999 por falta del proyecto expositivo. En 2004 la Junta por fin anunció que lo convertiría en el futuro Cipa, pero hasta la fecha solo se ha adjudicado la redacción del proyecto para la adecuación del inmueble en el que ya se han invertido cinco millones. Mayor es la inversión en el Palacio de Ferias. Junta, Diputación, Ayuntamiento y Unicaja han puesto ya más de diez millones de euros, pero su construcción, que arrancó en 2008, están sin terminar porque necesita ocho millones más. Dinero del que carece el Consistorio, que quiere sacarle ya rentabilidad poniendo en uso una parte. El Centro de Tecnificación de Atletismo sí que está listo. Se inauguró en 2011 tras una inversión de 14,1 millones y sólo ha acogido algún campeonato. Su falta de uso se debe a que Junta y Ayuntamiento no se ponen de acuerdo en la gestión, que corresponde al segundo, aunque la Consejería de Deportes podría asumirla si el Consistorio abona lo que debe por las obras: 1,3 millones. Siguiendo la estela de edificios vacíos está el Centro Comarcal de Alzhéimer, que lleva tres años terminado. El Ayuntamiento acaba de adquirirlo y pretende abrirlo a todos los mayores dependientes este año. Además, desde la administración local trabajan para que el Ministerio del Interior se haga cargo de las obras del cuartel de la Guardia Civil, que comenzaron en 2008 por 9 millones y están paralizadas por los problemas económicos de la adjudicataria.

En Torrox, la situación sorprende: tienen un teatro que costó nada menos que 7,5 millones de euros y aunque el edificio alberga los despachos de la Concejalía de Cultura no tiene aún programación cultural. El Ayuntamiento dice que está trabajando para dotarlo de contenido, pero lo cierto es que su puesta en marcha sería difícil de asumir para las arcas.

En Vélez, uno de los proyectos que más retraso acumula es el Museo del Azúcar y Centro de Difusión Turística (2,3 millones). Aunque el equipo de gobierno anunció en mayo que había conseguido la financiación necesaria (333.000 euros) para acabar las obras, la realidad es que sigue cerrado a cal y canto y acumula cuatro años de retrasos. Una cerradura difícil de abrir en numerosas infraestructuras públicas de la provincia (consultorios, guarderías, centros sociales, 'parkings',...) hasta que los políticos no encuentren de nuevo la llave mágica llamada dinero.

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