FUENTE. DIARIO MÁLAGA HOY
AUTOR. Javier Gómez
Tras la alambrada
Un escándalo como el de los ERE habría hecho caer a cualquier gobierno. A cualquier gobierno que no sea español, naturalmente. La Junta y Griñán, cada vez más asediados por el caso.
Mora Salazar es un grupo empresarial malagueño, ubicado en Cártama, líder nacional en la fabricación de vallas, muros especiales, alambradas y concertina, el clásico alambre de espino pero con cuchillas de distintos tipos y filos. Sus principales clientes son los ejércitos de la OTAN y las cárceles. Con unos 150 trabajadores y alrededor de 25 millones de euros de facturación, se trata de una compañía relativamente próspera a la que las cosas le van mejor cuanto peor le vaya al mundo. No es culpa de ellos, pero cuantos más robos, delitos, guerras y sinvergüenzas que encarcelar haya, más productos venderán. Por eso no dejó de ser una sorpresa que el equipo electoral de José Antonio Griñán eligiera visitar esa fábrica en su primera jornada de la anterior campaña autonómica en Málaga.
Fue hace justamente un año, y la ley de Murphy no les falló a los socialistas. Unas horas antes, de madrugada, la juez Mercedes Alaya enviaba a prisión a Javier Guerrero, ex director general de Empleo de la Junta y principal imputado en la trama del fraude masivo en los ERE. Allí estaba la simbólica foto de Griñán rodeado de alambradas, acorralado. La escena ha sido luego incluso objeto de estudio y conferencia en unas jornadas universitarias sobre comunicación política y la importancia de la elección del escenario en el que quieres lanzar tu mensaje. Obviamente, aquel día no estuvieron muy finos. El presidente andaluz salió al paso como pudo, con un argumentario parecido al recurrente desde entonces: el Gobierno socialista ha sido parte fundamental en la persecución, denuncia y esclarecimiento del caso. Algo que, simplemente, ni era cierto entonces ni lo es ahora. Prueba de la transparencia del Gobierno andaluz con este asunto es el tratamiento que le da Canal Sur: si a algún tertuliano imprudente se le ocurre mencionar los ERE, al presentador de turno le salen sarpullidos y cambia de tema ipso facto. Preferentemente, a los recortes del Gobierno de Rajoy o a los sobres de Bárcenas.
Pasaron la campaña, llegó la cita con las urnas. La derrota más dulce de los socialistas les permitió formar un gobierno de coalición con IU y mantener San Telmo. Las ganas de depurar responsabilidades se les pasaron a Valderas y a los suyos en cuanto tocaron el poder.
Cuesta trabajo encontrar un caso de corrupción de mayor envergadura, y hablamos no ya de Andalucía ni España, sino de Europa y la OCDE, si exceptuamos el saqueo sistemático que sufrió Marbella en los tiempos de Jesús Gil y sus sucesores de telebasura. Puede que el de los ERE duela incluso más, al tratarse de fondos de Empleo en una comunidad que supera el 30% de paro. El vídeo del perro de la Guardia Civil encontrando los 82.000 euros bajo el colchón del ex dirigente de UGT Juan Lanzas lo resume muy bien todo.
Esto ha sido un robo sistemático y muy bien planificado. Pero cutre. Tan cutre como las campañas de desprestigio de la juez Alaya de esos mismos que antes lloraban por Garzón y su inhabilitación. Ha pasado ya un año de la visita de Griñán a la fábrica de alambradas y la sensación sigue siendo la misma: está atrincherado. Y el único muro de contención con el que pretende salvarse del desastre se sigue llamando Javier Guerrero, al que la Junta y el PSOE pretenden atribuir todas las responsabilidades del millonario fraude. Casos como éste habrían hecho caer a cualquier gobierno. A cualquiera que no sea español.
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domingo, 24 de marzo de 2013
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A la pregunta de un periodista de porque el Sr Griñan no va a invertir en las reformas de los colegios y si invertir dinero en las cárceles? El Sr Griñan responde que el no piensa volver al colegio
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