A primeros de 1.858, en las reformas de una vivienda en la calle de la Concepción, apareció por casualidad un mosaico de 2.89 x 6.02 m, donde se representan los 12 trabajos que según la mitología, realizó Hércules.
El marqués de Casa-Loring, hizo extraer el mosaico y el 06 de diciembre de 1.859 es trasladado hasta la Finca de la Concepción para posteriormente ser restaurado por el experto traído de Roma, Luigi Leonini, sirviendo como base para la construcción del templete de la finca, formando así parte del museo Loringiano
Vendida la finca, sus nuevos propietarios la familia vasca Echevarría-Echevarrieta decide trasladar el mosaico hasta el cementerio de la Galea en Algorta, Vizcaya.
En 1.861 Manuel Rodríguez de Berlanga hace la primera alusión a este mosaico, y un año después, Emil Hübner lo estudió en numerosas ocasiones.
El mosaico de Cártama representa las fatigas de Hércules. Existía una diferencia en este mosaico que durante años lo ha hecho especial, y es que en ninguno de los athloi aparece Hércules, sino sus enemigos vencidos, el león de Nemea, el dragón que defendía las manzanas de oro en el jardín de las Hesperídes, Cerbero aparece encadenado, la Hidria, el río dominado, Gerión y la cierva heridos, Hipólita derribada de su cabalgadura.
Este mosaico se puede datar entre el siglo II y III después de Cristo, probablemente en la época tardo-severiana, y respecto al mismo, cabe destacar lo que Berlanga escribía a Heinzen:
“El de Cártama es el mejor de los pocos que se han encontrado en España y puede sostener la comparación con los más apreciados de fuera de la península…”
Por desgracia, los temores de Berlanga se hicieron realidad, y este mosaico no está entre los cartameños, desde 1.963 se encuentra en el panteón familiar que la familia Echevarría-Echevarrieta tiene en Getxo. Nosotros debemos de conformarnos con una replica a la mitad del tamaño original que desde el 11 de diciembre de 2.008 se encuentra en el museo Loringiano de la Finca de la Concepción.
Juan Andrés Vera.-
Dibujo del mosaico de Cártama tal y como se conservaba en la colección casa Loring según Berlanga.
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