Muchos vecinos se refugiaron en sus casas y celebraron una fiesta para olvidar lo que estaba pasando fuera. Los fantasmas portaban unas calabazas y según algunos testigos estaban llenas de caramelos, unos vampiros eran pequeños, otros grandes y conforme avanzaba la noche eran más y más.
Algunos residentes han podido filmar y hacer fotos de lo sucedido, y aquí os presentamos en exclusiva unos fragmentos de lo acontecido.
Al amanecer, todavía quedaban vestigios en forma de caramelo, de lo ocurrido la noche de halloween, la noche de las brujas y de todos los santos, no veáis el siguiente reportaje pues puede herir vuestra sensibilidad, quedáis advertidos.
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